Abril 2022 (por ejemplo)

Pero … ¿qué haces, Dani?

¿Yo? Nada, hermanita.

¿Cómo que nada? Te estoy viendo, y sabes perfectamente que te puedes meter en un buen lío. ¡Anda! Ven a jugar un rato. Ya hemos estado aquí varias veces, y es divertido, ¿no te parece?

Mira, Ali, estoy un poco harto de este parque de bolas; mejor dicho, de esta jaula de bolas. Que parece una cárcel. Pero sobre todo estoy muy harto de respirar mal.

Bueno, pues no juegues, pero no te la quites, por favor. Esa señora no nos quita ojo, y se lo dirá a mamá y a papá cuando vuelvan de comprar. Y habrá bronca.

Ya lo sé. Pero ellos no la llevan, y la carcelera tampoco. ¿Tú lo ves normal?

A ver, Dani… ¿Qué tengo que ver?

Pues que ahora nos toca a la gente menuda. Después de la familia, la gente de la barra de los bares, quienes venían de fuera, la gente del botellón, en fin, ahora hay que vigilarnos y nos obligan a llevar esto continuamente. Y me ahogo. Por eso te lo pido; ¡es solo un momentín! ¡Porfa!

A ver, te recuerdo que Santi, nuestro vecino, se la quitó en los columpios de debajo de casa, y lleva tres días sin salir de su habitación. Y el otro día me dijo que, por la noche, cuando sus padres le acuestan, se hace el dormido, y después se la quita. Vamos, que se la juega.

¡Bravo por Santi! Estos adultos se han vuelto locos, Ali. Mira, me voy a ir detrás de aquel bloque amarillo, y me la quito un ratito, ¿vale?

¡Dani! ¡Dani! Espérame que voy contigo!