Sois nuestros padres y madres, nuestras abuelas y abuelos. A vosotras, buenas gentes, está dedicado este escrito.

No es fácil imaginar una infancia como la vuestra, teñida de destrucción, pasada por las armas de una guerra, siempre injusta sobre todo para los más débiles. Si no bastó con aquel desastre, más difícil aún fue someterse a un periodo de hambruna en pleno desarrollo físico y mental. Y muchas de vosotras fuisteis víctimas de un gran periodo de represión, censura, explotación laboral y discriminación educativa y de género.

Cuidasteis de vuestros hijas e hijos con muchas dificultades, y no hablemos de los sacrificios a la hora de darles unos estudios. Ahora os toca hacerlo de vuestros nietos y nietas, a quienes dedicáis todo el tiempo que haga falta con inmenso cariño.

Vuestra generación salió por primera vez a la calle en defensa de los derechos de las personas, de vuestras familias, que eran y son las nuestras.  Ahora volvéis a salir en defensa de vuestras propias y exiguas pensiones. Sois una panda de incorregibles.

Ahora es tiempo de reconocimiento. Buenas gentes, ahora que os sentís aisladas, desorientadas, incluso con sensación de verdadero miedo, ahora nos toca a las siguientes generaciones. En esta etapa tan oscura y dolorosa para todo el mundo, nos toca pelear y exigir que se mantengan y mejoren vuestra atención sanitaria y social allí donde os encontréis. Debéis sentiros cuidadas y acompañadas.

Vuestra generación construyó este país, del que estamos tan orgullosos y orgullosas. Si a alguien hay que llamar héroes es precisamente a ella, a vosotras y a vosotros.  Este mal bicho que ha penetrado en nuestra sociedad ha sido muy cruel, precisamente con las personas más mayores. Por eso os pedimos que os cuidéis. Sois muy cabezotas, os habéis empeñado en conseguir tantas y tantas cosas, tanto que lo habéis conseguido. Ahora dejaros llevar y haced caso a quienes os cuidan. Son también buenas personas y excelentes profesionales.

Gracias, millones de gracias. Os queremos. Dicen por todas partes eso de “Nadie se va a quedar atrás”. Pues bien, que a nadie se le olvide que nuestros mayores vienen también, y en las mejores condiciones.