Una pena lo de la capea, ¿no? Es una lástima que la hayan suspendido. Seguro que iba a ser un día espléndido donde vosotros, según dijisteis el otro día, podríais haberos relajado a tope, y vosotras haber admitido y participado de un guion impresentable.

Lo cierto es que sois vosotros y vosotras quienes me dais pena. Crecéis y pensáis en esa parte de nuestra sociedad que está gravemente enferma. Es esa parte que perpetra el insulto y la vejación al más puro estilo medieval. Donde se admite ser ofendida y despreciada, refugiándose en la tradición, en algo inocente sin importancia. Esa que permite que año tras año, la institución que os acoge se transforme en un escenario donde se levanta el telón y se empiece a declamar barbaridades. Esa parte de nuestra sociedad que esconde la cabeza debajo de la tierra y no sabe, no explica, no reacciona ante el comportamiento de sus hijos e hijas.

Me dais mucha pena. Vuestros papeles en esta aberrante representación son de gente descerebrada, de tarugos mentales. Y, por lo tanto, con guiones fáciles: unos agreden, y otras se dejan agredir sin pestañear.

En fin, es lo que hay. Esa parte de la sociedad que opina que a esto no hay que darle tanta importancia y que el deplorable espectáculo se ha politizado en exceso, va a continuar con el mismo comportamiento, con la misma manera de educar.

Pues tal vez no pasa nada con que se politice, porque, si la educación no lo soluciona, la única alternativa es la ley.